Pablo Gavilan

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El fin de los blogs personales

El primer blog que empecé fue personal, para contar a mi familia y mis amigos, allí donde estuvieran, mis peripecias, pensamientos, compartir mis fotos y videos. En la época en la que estuve de Erasmus en Suecia fue un gran aliado. Mis conocidos comentaban en mis posts y había una comunicación continua, que de otra manera hubiera sido más indirecta.

Y entonces llegó Facebook

Las redes sociales, cuando se popularizan y se convierten en una herramienta más sencilla para mantener actualizados a tus conocidos de tus vaivenes personales, van haciendo que poco a poco te olvides del blog. Además, da mucha más seguridad compartir tus fotos, impresiones y demás a través de una red cerrada, en la que sabes quienes son tus lectores. No me hace nada de gracia que un posible cliente o colaborador profesional se dedique a investigar si viajo mucho, si me emborracho o si opino sobre política.

Aunque quizá en Facebook no acabo de soltarme tanto como lo hacía con el blog, algo paradógico. Se supone que los que me van a leer son realmente gente cercana (no admito en Facebook a contactos profesionales, para eso está Xing y Linkedin). Creo que es porque en Facebook no está del todo bien planteada la funcionalidad de postear texto, o por lo menos es muy poco utilizada. Y la cantidad de información que se te muestra te distrae tanto que ni siquiera piensas en escribir. Parece que la función de cotillear supera a la de publicar.

¿Suponen las redes sociales el fin de los blogs personales? En mi caso lo ha supuesto y supongo que en mucha otra gente también. Así como los chats no pueden con el Messenger, el blog personal pierde la batalla cuando se enfrenta a las redes tipo Facebook.