Pablo Gavilan

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Etiqueta: libros electrónicos

El pirateo de contenidos no es lo importante

locked bookQue los usuarios descarguen de manera ilegal contenidos no es relevante. Lo único relevante es que los usuarios compren o no contenidos. Si los consumidores se gastan en media, pongamos por ejemplo, 30 euros al mes en comprar libros, eso es seguramente suficiente para mantener al sector editorial, independientemente de que la cantidad de descargas de contenido de manera ilícita (y sin retribución a los propietarios de los derechos) se produzca como fenómeno.

Es verdad que la gente puede dejar de comprar y optar en su lugar por descargar gratuitamente, pero creo que eso tiene más que ver con la oferta de contenidos que con la demanda. Cuando la música digital se fue haciendo una realidad en nuestro país, la ausencia de contenidos en formato mp3 de manera legal y sin complicaciones hizo que el público tuviera que recurrir a napster, edonkeys, emules y compañía. Yo no recuerdo que se descargara con una afán de conseguir las cosas sin pagar, simplemente no había otra opción. Y cuando ya los usuarios se han acostumbrado a una manera de conseguir contenidos, recuperar el mercado es complicado.

Cuando escucho en las charlas de la Feria del Libro sobre libros digitales hablar sobre DRM como condición sine qua non de la publicación por parte de las editoriales de sus títulos en formato electrónico, me pregunto si no es otro error añadido del que también se puede aprender de la industria musical. Un lector de libros digitales tendrá dos opciones: pagar en torno a 10 euros por un libro electrónico que no puede usar nada más que autorizando con su usuario y contraseña cada vez que lo quiera transferir a su dispositivo (en el caso de que exista el título que busca), o no pagar nada por un contenido que no le pone esa limitación. Los motivos que pueden llevar a pagar en el primer caso se ven ensombrecidos por la comparación.

Uno debería esperar un producto de más calidad, un producto mejor y con más ventajas, de aquel por el que está dispuesto a pagar. Pero el DRM es un incentivador del pirateo, más que una solución al mismo. Los que tienen grandes ganancias vendiendo música digital (Apple y su iTunes, Amazon) ya lo saben, y por eso venden sin DRM y les va la mar de bien.

No es mi intención ser polémico porque sí, sino exponer ideas en este momento de debate. Creo que el sector editorial tiene una oportunidad de oro para hacer las cosas bien e incluso salir fortalecido de la llegada de los libros electrónicos. Pero los pasos hacia atrás pueden perjudicar la evolución natural del mercado.

La novela no va a desaparecer

El fin de la novela
El fin de la novela

Mucho tiempo llevo escuchando de boca de distintos actores del sector editorial que tienen miedo. Tienen miedo de que el negocio se hunda, como el de las tiendas de discos, los video clubs o los revelados de fotos. Dicen otros que los nuevos soportes digitales para los libros van a hacer que la concepción de la novela que tenemos hoy en día desaparezca y se escriban otro tipo de contenidos, más interactivos, con nuevas posibilidades.

Mi opinión es que ni lo uno ni lo otro. La novela como fuente de entretenimiento ha resistido a la aparición del cine, la música de masas, la televisión, internet, el cine en casa, los comics y tantas otras cosas. Y lo más curioso es que no parece que haya habido un efecto sustitución, sino más bien un efecto de complementariedad. Bien saben los libreros el tirón de ventas que supone que estén proyectando una película en los cines que tenga un homólogo en formato novela.

El poder de la narración es muy grande, además de sencillo y barato. No asistiremos seguramente al fin de la novela.